Al-Ándalus es el término árabe, de origen incierto (quizás la Tierra del Atlántico) que designa a los territorios de la Península Ibérica bajo el dominio musulmán durante la Edad Media, entre el año 711 (desembarco en Algeciras) y el 1492 (caída de Granada). 

La conquista del reino visigodo, construido en la antigua provincia romana de Hispania, por parte de los musulmanes fue pilotada desde el califato de Damasco, pero pronto Al-Ándalus se independizó y conoció su propia evolución.

Andalucía fue el último bastión de los andalusíes después de la gran Batalla de Las Navas de Tolosa (1212) y la incursión de las tropas castellanas en la Depresión del Guadalquivir. Costó más de dos siglos que los Reyes Católicos terminarán de conquistar los territorios montañosos y superpoblados del Reino de Granada, al que pertenecía la ciudad de Ronda.

En su apogeo, Al-Ándalus cubría casi toda la Península Ibérica, con la excepción del noroeste. Cuatro dinastías principales forjaron la civilización andalusí: los Omeyas, de origen sirio, que establecieron el Califato de Córdoba; los Almorávides y Almohades, de origen norteafricano, que restauraron sucesivamente y temporalmente el esplendor del Califato y finalmente los Nazarís, de línea árabe, que erigieron el Reino de Granada después de la batalla de Las Navas de Tolosa.

La élite andalusí estaba formada por clanes de Siria y de la Península Arábiga que comandaban las tropas moras, poblaciones de la antigua provincia romana de Mauritania Tingitana: los bereberes. Los invasores, en minoría, levantaron una sociedad musulmana heterogénea que reinaba sobre el sustrato inicial de las poblaciones ibéricas, romanas y visigodas: cristianos “mozárabes” y conversos musulmanes “muladíes”. Téngase en cuenta la presencia de una comunidad judía importante y también de esclavos (nunca musulmanes). Las minorías religiosas (judías y cristianas) fueron toleradas pero marginadas mediante el establecimiento de vecindarios separados, impuestos y obligaciones legales menos favorables. Sin embargo, estas poblaciones se beneficiaron de sus propios tribunales y pudieron ejercer profesiones prestigiosas (pero no funciones políticas). La comunidad judía ibérica (sefardíes) fue especialmente floreciente. A pesar de las dificultades y tensiones, las poblaciones de las tres religiones vivían en el mismo territorio, una situación única en la época de las Cruzadas que forjó el mito de la posible convivencia.

Al-Ándalus, en particular durante el Califato de Córdoba, experimentó un desarrollo cultural muy significativo en comparación con los países vecinos. Muchos avances científicos permitieron el desarrollo de grandes ciudades y de la agricultura.

Con el avance de los conquistadores castellanos y después de 1492, muchas familias emigraron al norte de África y Níger. Las poblaciones que permanecieron en España se conocieron como “moriscos” y fueron sometidas a un proceso gradual de aculturación, que condujo a revueltas en las regiones montañosas (Alpujarra, Ronda). Finalmente, las autoridades los obligaron a convertirse o emigrar. La influencia de Al-Ándalus continuó incluso después de su caída, particularmente en el vocabulario, la agricultura y la arquitectura. “Mudéjar” describe un estilo andaluz, de origen musulmán y convertido al cristianismo.

A pesar de los ocho siglos de presencia hispano-musulmana en la Península Ibérica, el origen de los monumentos más universales de Andalucía (Alhambra, Mezquita, Giralda, Alcázar) y la influencia cultural de esta civilización, no es exagerado afirmar que, en general, para los españole(a)s del siglo XXI: los moros son los otros… los norteafricanos ; los antiguos andalusís… no somos nosotros, descendientes de castellanos en su mayor parte (o vascos, catalanes, gallegos). 

En muchos pueblos de España, las celebraciones de “Moros y Cristianos” evocan eventos difíciles entre las dos comunidades … y la victoria cristiana final. La celebración más notoria de la Serranía de Ronda se celebra en el pueblo de Benalauría (Valle del Genal).

La conquista del reino visigodo, construido en la antigua provincia romana de Hispania, por parte de los musulmanes fue pilotada desde el califato de Damasco, pero pronto Al-Ándalus se independizó y conoció su propia evolución.

Andalucía fue el último bastión de los andalusíes después de la gran Batalla de Las Navas de Tolosa (1212) y la incursión de las tropas castellanas en la Depresión del Guadalquivir. Costó más de dos siglos que los Reyes Católicos terminarán de conquistar los territorios montañosos y superpoblados del Reino de Granada, al que pertenecía la ciudad de Ronda

En su apogeo, Al-Ándalus cubría casi toda la Península Ibérica, con la excepción del noroeste. Cuatro dinastías principales forjaron la civilización andalusí: los Omeyas, de origen sirio, que establecieron el Califato de Córdoba; los Almorávides y Almohades, de origen norteafricano, que restauraron sucesivamente y temporalmente el esplendor del Califato y finalmente los Nazarís, de línea árabe, que erigieron el Reino de Granada después de la batalla de Las Navas de Tolosa.

La élite andalusí estaba formada por clanes de Siria y de la Península Arábiga que comandaban las tropas moras, poblaciones de la antigua provincia romana de Mauritania Tingitana: los bereberes. Los invasores, en minoría, levantaron una sociedad musulmana heterogénea que reinaba sobre el sustrato inicial de las poblaciones ibéricas, romanas y visigodas: cristianos “mozárabes” y conversos musulmanes “muladíes”. Téngase en cuenta la presencia de una comunidad judía importante y también de esclavos (nunca musulmanes). Las minorías religiosas (judías y cristianas) fueron toleradas pero marginadas mediante el establecimiento de vecindarios separados, impuestos y obligaciones legales menos favorables. Sin embargo, estas poblaciones se beneficiaron de sus propios tribunales y pudieron ejercer profesiones prestigiosas (pero no funciones políticas). La comunidad judía ibérica (sefardíes) fue especialmente floreciente. A pesar de las dificultades y tensiones, las poblaciones de las tres religiones vivían en el mismo territorio, una situación única en la época de las Cruzadas que forjó el mito de la posible convivencia.

Con el avance de los conquistadores castellanos y después de 1492, muchas familias emigraron al norte de África y Níger. Las poblaciones que permanecieron en España se conocieron como “moriscos” y fueron sometidas a un proceso gradual de aculturación, que condujo a revueltas en las regiones montañosas (Alpujarra, Ronda). Finalmente, las autoridades los obligaron a convertirse o emigrar. La influencia de Al-Ándalus continuó incluso después de su caída, particularmente en el vocabulario, la agricultura y la arquitectura. “Mudéjar” describe un estilo andaluz, de origen musulmán y convertido al cristianismo.

Con el avance de los conquistadores castellanos y después de 1492, muchas familias emigraron al norte de África y Níger. Las poblaciones que permanecieron en España se conocieron como “moriscos” y fueron sometidas a un proceso gradual de aculturación, que condujo a revueltas en las regiones montañosas (Alpujarra, Ronda). Finalmente, las autoridades los obligaron a convertirse o emigrar. La influencia de Al-Ándalus continuó incluso después de su caída, particularmente en el vocabulario, la agricultura y la arquitectura. “Mudéjar” describe un estilo andaluz, de origen musulmán y convertido al cristianismo.

A pesar de los ocho siglos de presencia hispano-musulmana en la Península Ibérica, el origen de los monumentos más universales de Andalucía (Alhambra, Mezquita, Giralda, Alcázar) y la influencia cultural de esta civilización, no es exagerado afirmar que, en general, para los españole(a)s del siglo XXI: los moros son los otros… los norteafricanos ; los antiguos andalusís… no somos nosotros, descendientes de castellanos en su mayor parte (o vascos, catalanes, gallegos). 

En muchos pueblos de España, las celebraciones de “Moros y Cristianos” evocan eventos difíciles entre las dos comunidades … y la victoria cristiana final. La celebración más notoria de la Serranía de Ronda se celebra en el pueblo de Benalauría (Valle del Genal).