Valle del Genal – Red Natura 2000
MÁLAGA – Un bosque aislado y poco conocido, una región mediterránea llena de ruralidad y biodiversidad.
El bosque de bosques
Pueblos blancos
Colores de otoño
Libélulas
Karst
El Valle del Genal es uno de los valles más bellos de Andalucía, la vía que conecta Gibraltar y Ronda, utilizada por contrabandistas y bandidos, viajeros y soldados. El valle está rodeado de montañas legendarias, cubiertas de bosques centenarios y salpicadas de 15 pueblos blancos encaramados en las laderas y poblados por apenas 7 000 habitantes. Las dos rutas principales de comunicación son carreteras de montaña: Ronda – Algeciras y Ronda – San Pedro. Aquí se respira ruralidad y tradición. Es un valle en gran parte desconocido para el público en general … un territorio auténtico por excelencia.
El empinado valle del río está rodeado de espacios naturales todos visibles desde miradores naturales: al suroeste Estrecho de Gibraltar, al oeste Los Alcornocales, al noroeste Sierra de Grazalema, al norte las sierras de la ciudad de Ronda, al noreste Sierra de Las Nieves, al este Sierra Bermeja, al sureste Sierra Crestellina y al sur el Mar Mediterráneo y ya las costas de África, un panorama increíble que nos permite apreciar la Serranía de Ronda en todo su esplendor.
El río Genal es uno de los últimos ríos salvajes de Andalucía que se salvó recientemente de un proyecto de construcción de una presa gracias a la unión de los habitantes del valle. El Nacimiento del Genal situado en el municipio de Igualeja ha sido declarado Monumento Natural. Un río modesto, de corta longitud y poco profundo … ¡pero qué carácter! En invierno, las lluvias y tormentas alimentan un arroyo que se convierte en un río agitado y paraíso de peces autóctonos. En la primavera, el agua fluye alegremente y da la bienvenida a poblaciones de libélulas y ranas. En verano, el arroyo se marchita y ofrece un agradable refugio frente al calor mediterráneo; se seca hacia su desembocadura y forma una pequeña llanura pedregosa. En otoño, las primeras lluvias reviven el río, en sus orillas crece la hierba fresca y los frutos de otoño son el pretexto para hermosos paseos. El Genal muere el río Guadiaro en el paraje de Las Juntas del Río.
Con sus casas bajas y (antiguamente) pintadas de cal, sus calles estrechas al estilo medieval y sus fuertes pendientes que traicionan su situación en las laderas de las montañas, los pueblos blancos llaman la atención del viajero y consagran la arquitectura popular andaluza como uno de sus signos de identidad mas fuertes.
Pocos ríos ibéricos han escapado a la fiebre constructora de presas. El Genal es una excepción y acoge una biodiversidad amenazada justificando la conservacion del Valle del Genal – Red Natura.
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El alcornocal (Quercus suber), con follaje persistente, ofrece un paisaje de eterna primavera y el castañar (Castanea sativa), con su espectacular follaje dorado en otoño, nos regala el «Bosque de cobre».
En invierno, las nubes suben desde el valle y coquetean con el pueblo de Benarraba.
El bosque es denso y omnipresente en todo el valle. El Genal es un auténtico “bosque de bosques”, principalmente un alcornocal (Quercus suber) con follaje persistente y un castañar (Castanea sativa), con un espectacular follaje dorado en otoño (el «Bosque de cobre«). Otras zonas están ocupadas alternativamente por pinos resineros (Pinus pinaster), encinas (Quercus rotundifolia) y quejigo (Quercus faginea). Por otra parte, las laderas de Sierra Bermeja están cubiertas por bosques de pinsapos (Abies pinsapo) y pinos resineros. En cuanto a las orillas del Genal, están bordeadas por un estrecho bosque de ribera; y las tierras bajas están cubiertas de acebuches. Sin olvidar las parcelas cultivadas de olivos, almendros, naranjos, cerezos y otros árboles frutales, con floraciones escalonadas y que nos ofrecen lo mejor de la naturaleza. Pocas regiones ofrecen una diversidad tan rica de bosques y frutales.
El valle está bordeado por montañas, las crestas rocosas sobresalen por todos lados a lo largo del camino. Destaca el magnífico Jaraestepar (1 427 metros) una cresta pelada, cubierta de escasa hierba y muy pedregosa que alberga un espléndido paisaje kárstico en Los Riscos de Cartajima. Si miramos al cielo es seguro que nos sorprendan los buitres leonados (Gyps fulvus).
Colores del Genal: los diferentes tonos de verde de sus bosques engarzados con el azul del cielo y del mar Mediterráneo, el blanco de los picos rocosos, los pueblos y las nieblas de invierno, el rojo de Sierra Bermeja y de los troncos de los alcornoques, nos ofrecen una paleta cromática muy atractiva.
El Valle del Genal es sobre todo un territorio rural, poblado por gentes de la tierra, que conocen las tradiciones, la cultura agrícola, los árboles y los pequeños rebaños y que han favorecido el policultivo. Los pueblos fueron construidos por los bereberes en la época de Al-Ándalus y han resistido al paso del tiempo. Sus nombres traicionan su origen y suenan a poesía. Después de la conquista cristiana, la vida en el paraíso de los moriscos se vuelve más difícil ya que surgieron rebeliones, pero en vano … el resultado fue la conversión o el exilio.
La lista de pueblos blancos se distribuye en dos grupos: Alto Genal (antiguo Haraval): Igualeja, Pujerra, Parauta, Cartajima, Júzcar, Faraján, Alpandeire. Bajo Genal: Atajate, Benadalid, Benalauría, Algatocín, Benarrabá, Gaucín, Jubrique, Genalguacil.
El Valle del Genal es uno de los valles más bellos de Andalucía, la vía que conecta Gibraltar y Ronda, utilizada por contrabandistas y bandidos, viajeros y soldados. El valle está rodeado de montañas legendarias, cubiertas de bosques centenarios y salpicadas de 15 pueblos blancos encaramados en las laderas y poblados por apenas 7 000 habitantes. Las dos rutas principales de comunicación son carreteras de montaña: Ronda – Algeciras y Ronda – San Pedro. Aquí se respira ruralidad y tradición. Es un valle en gran parte desconocido para el público en general … un territorio auténtico por excelencia.
El empinado valle del río está rodeado de espacios naturales todos visibles desde miradores naturales: al suroeste Estrecho de Gibraltar, al oeste Los Alcornocales, al noroeste Sierra de Grazalema, al norte las sierras de la ciudad de Ronda, al noreste Sierra de Las Nieves, al este Sierra Bermeja, al sureste Sierra Crestellina y al sur el Mar Mediterráneo y ya las costas de África, un panorama increíble que nos permite apreciar la Serranía de Ronda en todo su esplendor.
El río Genal es uno de los últimos ríos salvajes de Andalucía que se salvó recientemente de un proyecto de construcción de una presa gracias a la unión de los habitantes del valle. El Nacimiento del Genal situado en el municipio de Igualeja ha sido declarado Monumento Natural. Un río modesto, de corta longitud y poco profundo … ¡pero qué carácter! En invierno, las lluvias y tormentas alimentan un arroyo que se convierte en un río agitado y paraíso de peces autóctonos. En la primavera, el agua fluye alegremente y da la bienvenida a poblaciones de libélulas y ranas. En verano, el arroyo se marchita y ofrece un agradable refugio frente al calor mediterráneo; se seca hacia su desembocadura y forma una pequeña llanura pedregosa. En otoño, las primeras lluvias reviven el río, en sus orillas crece la hierba fresca y los frutos de otoño son el pretexto para hermosos paseos. El Genal muere el río Guadiaro en el paraje de Las Juntas del Río.
El bosque es denso y omnipresente en todo el valle. El Genal es un auténtico “bosque de bosques”, principalmente un alcornocal (Quercus suber) con follaje persistente que ofrece un paisaje de eterna primavera y un castañar (Castanea sativa), con un espectacular follaje dorado en otoño (el llamado «Bosque de cobre»). Otras zonas están ocupadas alternativamente por pinos resineros (Pinus pinaster), encinas (Quercus rotundifolia) y quejigo (Quercus faginea). Por otra parte, las laderas de Sierra Bermeja están cubiertas por bosques de pinsapos (Abies pinsapo) y pinos resineros. En cuanto a las orillas del Genal, están bordeadas por un estrecho bosque de ribera; y las tierras bajas están cubiertas de acebuches. Sin olvidar las parcelas cultivadas de olivos, almendros, naranjos, cerezos y otros árboles frutales, con floraciones escalonadas y que nos ofrecen lo mejor de la naturaleza. Pocas regiones ofrecen una diversidad tan rica de bosques y frutales.
El valle está bordeado por montañas, las crestas rocosas sobresalen por todos lados a lo largo del camino. Destaca el magnífico Jaraestepar (1 427 metros) una cresta pelada, cubierta de escasa hierba y muy pedregosa que alberga un espléndido paisaje kárstico en Los Riscos de Cartajima. Si miramos al cielo es seguro que nos sorprendan los buitres leonados (Gyps fulvus).
Colores del Genal: los diferentes tonos de verde de sus bosques engarzados con el azul del cielo y del mar Mediterráneo, el blanco de los picos rocosos, los pueblos y las nieblas de invierno, el rojo de Sierra Bermeja y de los troncos de los alcornoques, nos ofrecen una paleta cromática muy atractiva.
El Valle del Genal es sobre todo un territorio rural, poblado por gentes de la tierra, que conocen las tradiciones, la cultura agrícola, los árboles y los pequeños rebaños y que han favorecido el policultivo. Los pueblos fueron construidos por los bereberes en la época de Al-Ándalus y han resistido al paso del tiempo. Sus nombres traicionan su origen y suenan a poesía. Después de la conquista cristiana, la vida en el paraíso de los moriscos se vuelve más difícil ya que surgieron rebeliones, pero en vano … el resultado fue la conversión o el exilio.
La lista de pueblos blancos se distribuye en dos grupos: Alto Genal (antiguo Haraval): Igualeja, Pujerra, Parauta, Cartajima, Júzcar, Faraján, Alpandeire. Bajo Genal: Atajate, Benadalid, Benalauría, Algatocín, Benarrabá, Gaucín, Jubrique, Genalguacil.