Recorrimos este fin de semana el sendero de La Herriza y La Alquería con un grupo de caminantes promovido por la oficina de turismo de Gaucín. Esta clásica ruta lleva el número XI entre la notable oferta de caminos que recorren el término municipal. Recientemente ha sido homologada como Pequeño Recorrido P.R. y se encuentra muy bien señalizada. Recorrido circular de 13 km y 400 metros de desnivel positivo. Dificultad baja-media.

Entre encinas (Quercus rotundifolia) y jerguen (Callicotome villosa).

Este sendero da la vuelta al Hacho de Gaucín, un hito muy vistoso y conocido que culmina a 1.011 m de altitud y marca la entrada del Valle del Genal. No obstante, esta P.R. no busca el punto geodésico y se mantiene en las laderas del Hacho. Todo el entorno es muy interesante por la diversidad de su monte mediterráneo y su gran bosque mixto compuesto de encinas, alcornoques (que en nuestra zonas llamamos chaparros) quejigos y acebuches, salpicado de fresnos y una gran abundancia de arbustos.

Flores masculinas de lentisco (Pistacia lentiscus).

Iniciamos la ruta en la Oficina de turismo andando dirección a Jimena de la Frontera. La calima del día cubre el cielo y la visibilidad es muy reducida. Hoy no podemos contemplar Gibraltar o el Djebel Musa… En el cruce hacía el Colmenar, se inicia realmente el camino de arrieros, cruzando un bonito prado entre vegetación mediterránea. Disfrutamos de la llamativa floración rojiza del lentisco usando un cuento hilo.

Una simpática cabra curioseando y buscando mimos.

Nos cruzamos con una simpática cabra que buscaba atención y mimos… Buenas fotos y risas aseguradas en todo el grupo… incluso algunas caminantes descubriendo una vocación de pastora.  Seguimos caminando, disfrutando con todo lo que nos podía proporcionar el camino: espárragos trigueros, tomillo para infusiones, bellas vistas sobre el valle del Guadiaro, el sonido de pequeñas ramblas formadas tras las lluvias, sin olvidar las preciosas flores del junquillo azul (Aphyllanthes monspeliensis).

Veasé la leyenda de la foto anterior ¡!

Tuvimos también tiempo para aprender… hablando de las adaptaciones de las plantas al clima mediterráneo, una vegetación leñosa típica de hoja endurecida que le permite sobrevivir al estrés hídrico. Por supuesto, debemos conocer los Quercus del monte, aprendiendo a identificarlos, bien por su follaje o su corteza. El más mediterráneo de ellos es sin duda la coscoja (Q. coccifera) con su porte arbustivo, de hojas perennes, lucidas y muy pinchudas. Hasta la cúpula de la bellota pincha en esta planta.

Las bellas hojas jovenes del quejigo (Quercus faginea).

Con la primavera, un festival de tonalidades verdes invaden las laderas del monte. Todo un follaje recién estrenado de los quejigos.

La floresta se llena de matices.

… los contrastes tan llamativos entre las hojuelas nuevas de color crema y las hojas viejas de color verde glauco de las encinas, sin olvidar algunos árboles cubiertos de sus flores amarillentas. El paisaje se hace muy variado y la floresta se llena de matices… y con la delicadeza de las flores de los majuelos.

La Herriza de Gaucín, un hotel restaurante muy acogedor y tranquilo.

Disfrutamos de una parada en La Herriza, un lugar con mucho glamour que se encuentra a pie de sendero. Agradecimos la buena acogida por parte de todo el personal y todo lo bonito del cortijo. El establecimiento se encuentra a medio camino y en el punto bajo del recorrido. Así que nos quedaba un buen trecho y el grueso de la subida, que con 400 metros de desnivel, ya se notan en las piernas.

Peonia (Paeonia broteroi)

Oruga de la mariposa Ondas rojas (Euphrydryas aurinia)

El camino de vuelta nos trajo bellas sorpresas. Y acabamos nuestro recorrido en el tiempo previsto. Agradecer al grupo por su buena compañía en el campo, a Josefí de la Oficia de Turismo y Anne del Ayto de Gaucín por hacer posible esta ruta.